En París, las panaderías se encuentran casi en todas las esquinas, y el olor del pan recién hecho, hace que las frases “estoy lleno” o “no puedo más” pierdan todo su sentido.
Los Crepes franceses
Esta innumerable además de exquisita lista, se encuentra encabezada por lo conocidos crêpes franceses. Dulces o salados, también conocidos como galettes, se pueden mezclar con casi cualquier ingrediente. Uno de los mejores sitios, de todo París, se encuentra a pocos metros de la estación de Monge (línea 7): Au Petit Grec (66, rue Mouffetard 75005).
Fácil de localizar, por sus inmensas colas, es conocido por los estudiantes y gente joven de la capital. Ingredientes de buena calidad, sus dueños no escatiman en las cantidades, y, además mantienen precios más que razonables. Es un sitio perfecto para comprar un crêpe, una bebida y dar un paseo por el Barrio de Mouffetard, uno de los más animados y pintorescos de la capital. Ante todo, no os desaniméis por la cola, ¡la espera será más que recompensada!.
Los Macarons
Menos conocidos, y posiblemente más finos que un crêpe, los macarons, son también uno de los dulces más adorados por los franceses y los turistas. Estas pequeñas pastas, rellenas de una suave crema, se pueden encontrar en casi todas las boulangeries (panaderías) y patiseries (pastelerías) de París.
Pistacho, fresa, chocolate, coco, vainilla, menta, caramelo … sus colores provocadores llaman rápidamente la atención de nuestros ojos. Por ello, uno no puede dejar la ciudad del Sena sin al menos, haberse llevado uno a la boca. La casa Pierre Hermé cuenta con una enorme reputación entre los profesionales, y quizás sus precios sean el mejor reflejo de ello. Aún así, la tienda que tienen Champs-Elysées tiene más de 5.000 visitas diarias. Por algo será …
Los Croissants
Finalmente, los míticos croissants franceses, no podían faltar en este breve artículo. Junto con los pains au chocolat (panecillos parecidos a nuestras napolitanas de chocolate) se convierten en uno de los mejores acompañantes del desayuno. Evidentemente, se pueden encontrar en cualquier panadería, a diferentes precios y de diferentes tamaños.
Entre los mejores se encuentran los de la cadena Maison Kayser. Muy tiernos por el centro y dorados por fuera, os recomendamos que vayáis al que se encuentra en el metro Sentier (Línea 3) salida rue des Petits-Carreaux. Una vez allí, coged un croissant y un café y daros un paseo por la Rue Montorgueil, una calle llena de pequeños restaurantes que desemboca en una gran plaza.
En ella, se encuentra la Iglesia de Saint Eustache que sin duda, se convertirá en el mejor escenario para disfrutar de este desayuno parisino.